Cada día es diferente en Tánger, cada día es una aventura, cada día vamos aprendiendo una cosa nueva. Ayer alguien muy cercano a mí me dijo que se quería comprar una moto. Yo le comenté que de joven fui motero y que me encantan, pero que para Tánger lo mejor es una moto de 125 cc. Eso sí, también le dije que para usarla sin casco y llevar a la mujer y los dos niños montados, como aquí hace la mayoría, bueno, algunos además llevan gallinas o materiales.

El caso es que hablando me dijo que sabía de una moto fantástica, que estaba nueva y que el precio era 15.000 dhs (unos 1350 €) ahí me dio en la llaga y entré a saco preguntando por antigüedad, marca, kilometraje, si había tenido accidente, en lo que cualquiera preguntaría ante semejante chollo como ese. Me dijo que todo estaba en orden, que era verdad lo de la moto y que realmente merecía la pena comprarla. Imaginaos que os dice esto alguien muy cercano a vosotros. Me dijo que tan solo tenía un pequeño problema, y le pregunté cuál.

Me respondió que no tenía papeles porque era de un príncipe, sí, de un príncipe. Me dijo que solo tendría un contrato firmado por el príncipe (por supuesto en árabe) con el que me podía mover sin problemas por Marruecos ante la policía, pero que si tenía algún accidente o problema, entonces podría tener problemas si investigaban con detalle el accidente…

Conclusión: mi gozo en un pozo.