Saber qué ver, qué visitar y qué hacer cuando viaja a Essaouira

ESSAOUIRA MARRUECOSHace mucho tiempo, cuando los navíos fenicios, cartagineses, romanos o portugueses navegaban a lo largo de las costas marroquíes, la bahía de Essaouira, los atraía a puerto, tanto que no podían resistirse. En el puerto de Essaouira se podía encontrar todo aquello que un buen marino podía necesitar: tejidos, sal, especias, azúcar, cereales, purpurina,….

Información sobre Essaouira

La ciudad de Essaouira es una ciudad fortificada con una mezcla de estilos arquitectónicos, un océano que la convierte en ciudad referencia de Marruecos para la práctica del windsurf  y del kite surf, y de la pesca submarina. Calas tranuilas, sol más de 300  días al año refrescado por una ligera brisa, una artesanía de madera de tulla célebre en todo Marruecos, una sabrosa cocina local, una acogida amable y sincera… le permite encontrar hoy en Essaouira, todo lo que un viajero ha podido soñar.

Cierre los ojos. Imagine que han pasado mil quinientos años. Unas naves atracan en  la bahía de Essaouira. Son los portugueses que vienen para ser dueños de la ciudad y proyectan seguir siéndolo para siempre. Construyen temibles fortalezas y prisiones para los insurgentes.

Nos vamos 1774 y a diario llegan los navíos mercantes europeos que  atracan en Essaouira para intercambiar sus productos manufacturados por fabulosas riquezas africanas. Essaouira, se convierte así en la puerta marítima de Tombuctú,  y canaliza más del la mitad del comercio marítimo Marruecos. Este desarrollo esplendoroso se debió sobre todo a que el Sultán Sidi Mohamed ben Abdellah, realizó grandes sacrificios para competir contra el puerto rival de Agadir. El plan urbano de Essaouira estuvo dirigido por un ingeniero francés, que fue quien diseñó la Puerta de la Marina -que facilita el acceso al puerto-, rodeó la ciudad de murallas y trazó amplias calles a modo de cuadrícula.

En Essaouira la belleza no se contempla sólo en los cuadros. ¡Qué extraña perspectiva forma esa callecita bordeada de casas blancas con postigos azules! Y ese sutil claroscuro de la placita Bab el- Sebaa, con el fondo de las terrazas de los cafés moros invitando a la pausa del té.

Y la precisión de detalles en la fachada de la antigua morada del Pachá, hoy Museo de Sidi Mohamed Ben Abdellah, repleto de tesoros del arte regional. Como salida de un cuadro de Delacroix, una multitud abigarrada deambula por la calle Siaghine. Todos admiran a los joyeros herederos de la excepcional técnica de los orfebres judíos, que cincelan largos y elegantes pendientes, fíbulas, brazaletes con charnelas, pulseras para el tobillo o collares de plata.

¿Qué hacer?

ESSAOUIRA 1.JPGSi sube a las murallas de Essaouira, podrá pasear a través de los siglos… Galeras romanas navegando hacia los astilleros instalados en el siglo I a.C. por el rey Juba II en las islas Purpurinas. Estas islas reciben su nombre de la apreciada purpurina secretada por unos moluscos, los múrices, muy abundantes en sus fondos marinos.

Si pasea por la medina, podrá observar las manos hábiles de los artesanos de marquetería incrustan madera de tuya, de limonero, de ébano, de nácar o hilo de plata, que fascinan a los paseantes. ¡Qué bien quedaría en su casa uno de los cofres desbordantes de joyas!

Agradable, sugerente y llena de magia, Essaouira atrae desde el siglo XVI a escritores, eruditos, artesanos, escultores y pintores  marroquíes. Hoy por hoy Essaouira es uno de los centros más activos del arte contemporáneo de Marruecos.

Ahora, vuélvase y admire "la bien diseñada Essaouira"; después baje de las murallas y regrese al presente para disfrutar de todos los encantos de Essaouira.

LA CABRA Y EL "ARGAN"

En el interior de la región de Essaouira prolifera un árbol que sólo se da en Marruecos; el "argan". Produce una nuez de donde se extrae un aceite alimentario muy apreciado hoy tambie´n en cosmética. Las cabras adoran sus hojas y no dudan en subir a lo alto de los árboles para darse un festín.

LOS CAÑONES DE ESSAOUIRA.

Sobre la "skala" de la kasbah forman en línea los cañones de Essaouira. Este lugar surgido del pasado fue seleccionado por Orson Welles para rodar los exteriores de su pelicula  Otelo.
No deje de subir a la torre cuadrada. A sus pies bailan manchas de vivos colores: son las flotillas de los bous. Las exclamaciones de los pescadores desplegando sus redes y los marineros descargando las cajas de pescado plateados le llegarán amortiguadas. El olor de las sardinas a la parrilla le despertará el apetito. Nunca se aburrirá contemplando el puerto de Essaouira.

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